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Cómo utilizar un soldador MIG de forma profesional

¿Quieres aprender a soldar como lo hacen los expertos? En este artículo repasamos los pasos esenciales para conseguir una soldadura MIG eficaz y duradera.
Cómo utilizar un soldador MIG de forma profesional

Tabla de Contenidos

¿Necesitas aprender a soldar metales pero no sabes por dónde empezar? ¿Qué materiales son necesarios para realizar soldaduras de alta calidad? ¿Qué riesgos y precauciones necesitas tomar cuando se trata de soldar metales?

Sobrecalentar y fundir un metal para unir dos piezas metálica es lo que se conoce como soldar.

Existen varias formas de realizar una soldadura, pero entre las más comunes están la soldadura por arco de metal con gas, soldadura MIG y soldadura por arco.

Muchas personas se sienten intimidadas al soldar por primera vez, pero si tomas las debidas precauciones de seguridad, podrás soldar fácilmente en menos de un santiamén.

Utiliza un casco para soldar, guantes y delantal

Realizar una soldadura puede generar chispas que pueden dañar tus ojos. En otras ocasiones, son los restos metálicos los que se propulsan hacia tu cara. Puedes comprar cascos de soldadura o caretas electrónicas para soldar para proteger tu cara de las chispas y el calor que generará tu máquina de soldar en una ferretería o por internet.

Los guantes para soldar están hechos de cuero para proteger tu mano frente a múltiples inclemencias, donde se incluyen descargas eléctricas, calor y radiación. Los guantes son imperativos cuando se trata de hacer una soldadura.

El delantal, por su parte, evita que las chispas entren en contacto con tu ropa con las consecuentes quemaduras. Invierte en un delantal duradero y no inflamable para soldar con máxima seguridad.

Además de estos elementos, también es importante trabajar en un área debidamente ventilada. Las soldaduras pueden desprender gases y vapores que pueden ser perjudiciales si las inhalas. Asegúrate de trabajar en un espacio con ventanas y/o puertas abiertas y nunca sueldes acero galvanizado, pues sus gases son muy peligrosos.

También deberás revisar tu soldador antes de empezar. revisa todos los cables y conexiones del aparato para reemplazar aquellos componentes que se encuentren dañados o desgastados.

Prepara el metal para soldar

Raspa cualquier resto de pintura y óxido antes de empezar. Puedes utilizar un papel de grano o un cepillo de alambre para ello.

Pule la pintura y el óxido hasta que el metal presente un aspecto metálico y brillante, pero sin distorsionar el metal delgado. Si se trata de un metal grueso, bisela los bordes para asegurar que la soldadura penetra totalmente.

Después limpia el metal con acetona. De este modo conseguirás eliminar cualquier resto de polvo, suciedad o residuos que puedan dificultar una soldadura efectiva. Empapa un paño con acetona y pásalo sobre toda la superficie. La acetona es excelente para eliminar cualquier elemento que pueda interferir en la soldadura.

Por último, seca el metal con un trapo seco frotando sobre el metal. El objetivo es eliminar cualquier resto de acetona que haya podido quedar. Cuando el metal se haya secado completamente será el momento de empezar a soldar.

Cómo hacer soldaduras con MIG

Antes de empezar necesitas asegurarte de que la soldadura MIG está correctamente configurada. El soldador MIG necesita tener un cable en el carrete. Observa la punta de la pistola para asegurarte de que se alimenta correctamente en la pistola. Los recipientes de gas de protección también necesitan estar adecuadamente configurados para soldar correctamente. Sujeta la abrazadera de tu soldador MIG a la mesa para evitar que electrocuciones.

Coge la pistola con las dos manos y apoya una sobre la mesa en la que estás soldando para controlar la dirección de la pistola mientras sueldas. Con la otra mano agarra la pistola y utilizar tu dedo índice para presionar el gatillo. Siempre debes llevar guantes.

Coloca la pistola en un ángulo de 20 grados contra la pieza de metal para facilitar la penetración en el metal mientras sueldas. A esto se le suele llamar posición de empuje.

Utiliza tu casco para soldar sobre tu cara y presiona el gatillo de la pistola. Deberías observar una chispa brillante al final de la pistola de soldar. Mantén siempre tu cara alejada de la soldadura para evitar accidentes e inhalar vapores tóxicos.

Con un movimiento lento, presiona la punta de la pistola de soldar contra la pieza de metal. Puedes ver chispas. Coloca la pistola uno o dos segundos antes antes de moverla.

Mueve la pistola en pequeños círculos para ir abriéndote camino por el metal. Observarás que a medida que mueves la pistola, se empieza a cumular metal caliente detrás de la punta de la pistola. Cuando llegues al final de tu soldadura, simplemente suelta el gatillo y apaga el aparato.

Si mueves el dispositivo demasiado lento, puede que aparezcan agujeros en tu lámina de metal. Por otro lado, si lo haces demasiado rápido, es probable que el metal no se caliente lo suficiente como para derretirlo, dando un resultado deficiente.

Otras formas de hacerlo fácilmente

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